En octubre de 2002 cayó un aguacero letal sobre la vida de los habitantes de la Comuna 13 de Medellín. Era la Operación Orión, una elocuente expresión de lo mortífera que puede ser la Fuerza Pública del Estado colombiano cuando coordina operaciones militares en contextos urbanos y en asocio con soldados paramilitares.
Esa lluvia, la de las balas, y aquella otra más menuda, la de las nubes grises, desmigajadas siempre en los meses de octubre, se convertirían en el germen de este medio de comunicación: Lluvia de Orión.
En principio, fuimos un dossier de crónicas coronadas con el título Muerte bajo la lluvia de Orión y creadas para denunciar la barbarie en ese extremo de la ciudad de Medellín. Cuando descubrimos que la barbarie continuaba, pese a todo, pensamos que la apuesta debía ser más pedagógica, y en el año 2012 promovimos a Lluvia de Orión como una propuesta de pedagogía de la memoria dirigida a la población joven. Entonces realizamos una serie de cortometrajes animados como atrevimiento de otro tipo de periodismo, uno temático, que abordara los asuntos de la memoria, que estuviera dirigido a los jóvenes y sirviera para enseñar… no solo en la escuela.
Ese deseo de un periodismo para enseñar nos acercó a la creación de cartillas y gifs animados, y al desarrollo de sitios web. Siempre sobre temas sociales: memoria del conflicto armado, Acuerdos de Paz entre Gobierno y FARC, oportunidades de participación para la ciudadanía rural, la gestión comunitaria del agua, el derecho a la huelga en el sector petrolero, los derechos de las trabajadoras domésticas y la seguridad alimentaria, entre otros.
Cuando empezamos había menos proyectos e iniciativas de memoria de las que hoy existen. Ahora nos complace lo contrario: que proliferen los grupos civiles y académicos cada vez más enfocados en los trabajos de memoria.
Por nuestra parte, en ese camino que emprendimos nos fuimos preguntando: ¿qué hay después de la memoria? Y nos respondimos que estaba la vida, el deseo de seguir adelante. Que estaba el presente y el deseo de un futuro posible.
Somos narrativas culturales y periodismo ciudadano
Por eso expandimos nuestras temáticas. Ahora la memoria nos importa tanto como la actualidad. A fin de cuenta, le pedagogía de la memoria siempre ha tenido una visión de futuro. Entonces tomamos todo lo que hemos sido —información digital, periodismo narrativo, memoria, audiovisuales, jóvenes, educomunicación— y lo agrupamos en este medio de comunicación de narrativas culturales y periodismo ciudadano.
La expresión «narrativas culturales» alude a que publicamos historias, textos y relatos tanto de ficción como de no ficción. Porque creemos en el poder transformador que tiene la narrativa en cualquiera de sus formas. Y «periodismo ciudadano» se refiere a que el medio es construido por la voluntad de personas del común que se expresan libremente o se convierten en informadores. Es que también nos importan las historias de actualidad, pero en narrativas reflexivas y de largo aliento.
Generamos contenido desde Medellín, ciudad de eternas contradicciones, para narrar lo universal que hay en nosotros, sus habitantes, los dramas que nos afligen y las chispas de ingenio que a veces nos hacen brillar. También abrimos nuestras páginas a narraciones de otros parajes de esta aldea global.
En Lluvia de Orión contamos la miseria y la dignidad de nuestros días y, al tiempo, somos un ámbito de encuentro de narradores, artistas gráficos y audiovisuales, fotógrafos, periodistas, pensadores, curiosos de la vida y de aquellos que simplemente quieren expresarse.
Damos cuenta del pasado y del presente. Contamos desde el periodismo, desde la memoria, la imagen, el arte y la literatura; contamos con las herramientas digitales y fomentamos la lectura, la reflexión crítica, la escritura y la oralidad; contamos de manera incluyente y participativa; contamos de modo que nuestro contenido sirva para enseñar, entretener y disfrutar.
Somos una alternativa y acogemos la creatividad
En tiempos de lo alternativo, somos otra alternativa para la participación, producción y publicación de contenidos multimedia para jóvenes de los barrios de la ciudad de Medellín que han sido afectados por el conflicto y la violencia. Y para aquello narradores del mundo que simplemente tienen algo para decir.
Porque creemos en la necesidad de lo alternativo y en el inmenso poder de la narrativa. No solo para entretener, también para denunciar, salvar vidas, aprender, enseñar y transformar la cultura. Nuestro medio invoca la creatividad y la libre expresión como una manera de buscar salidas a la cultura de la violencia.
Comité Editorial:
- Juan David Guerra.
- Laura García.
- Róbinson Úsuga Henao.
- Daniela Londoño.
- Mishell Lamar.
- Mariana Álvarez.