Carlos Ardila Lülle se fue sin pedirle perdón a Colombia

Este 13 de agosto de 2021 murió el gran empresario colombiano del azúcar y las bebidas azucaradas. Creador de medios informativos de propaganda y con una empresa cuestionada por haber contribuido a la financiación del paramilitarismo en los departamentos de Antioquia y Cesar. Esa empresa es Postobón.

Imagen: Créditos a Caracol.

Por: Róbinson Úsuga Henao

 

Carlos Ardila Lülle fue un empresario excesivamente poderoso para un país con un Estado tan débil y una democracia tan incipiente como la colombiana.

Nació en Santander el 4 de julio de 1930 y estudió Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Hizo su empresa desde joven. Y creó la fórmula de una bebida azucarada que sería emblemática en la historia de las gaseosas colombianas: la Manzana Postobón.

Se convirtió en uno de los empresarios más populares y exitosos de Colombia. En 2020 tenía una fortuna de 1.500 millones de dólares y, según Forbes, en 2021 ocupó el puesto 1.362 en el escalafón de millonarios del mundo. Era el sexto entre los colombianos más ricos.

Su riqueza estaba representada especialmente en Postobón, los ingenios Cauca y Providencia, el Club Atlético Nacional y los medios masivos RCN radio y RCN.

A Ardila Lülle siempre se le tuvo como un prohombre de la industria y un gran generador de empleo a nivel nacional. Sin embargo, su flamante trayectoria empresarial también estuvo acompañada de una polémica que aún sigue sin esclarecerse y por la cual nunca, ni él ni su familia, pidieron perdón al país: la posible contribución al paramilitarismo que desangró a Colombia.

Los hechos se remontan a la década de los noventa. Según Armando Madriaga Picón, exjefe de finanzas del frente Héctor Julio Peinado Becerra de las AUC (HJPB), durante dicha década la empresa de bebidas azucaradas, Postobón, propiedad del magnate Ardila Lülle, habría financiado a este grupo armado que delinquía en el departamento de Cesar.

Desde la empresa se habrían autorizado pagos mensuales por valor de entre 150 mil pesos y 10 millones de pesos para dicha estructura ilegal, según las declaraciones contenidas en la sentencia del Tribunal Superior de Bogotá, Sala de Justicia y Paz, del 15 de julio de 2016.

Mediante esta sentencia, el Tribunal también exhorta a la Fiscalía General de la Nación «para que investigue lo relacionado con las citas consignadas en este fallo que presuntamente implican a los empleados de la empresa Postobón». Algo que la Fiscalía no llevó a cabo, como cosa rara en un país donde casi nunca se investiga a los poderosos empresarios y sus compañías.

Si bien en el momento de aparecer dicha sentencia desde la empresa Postobón se emitieron comunicados donde expresaron que siempre han actuado conforme a la ley, en una nueva sentencia proferida tres años después, el 21 de febrero de 2019, se tomaron las declaraciones brindadas por Mónica María Castaño Acevedo, quien también señalaba a Postobón como empresa financiadora del paramilitarismo, en esta ocasión en el departamento de Antioquia. Ver sentencia.

Mónica fue integrante de Héroes de Granada, un bloque paramilitar comandado por alias Don Berna, que además de librar acciones ilegales en el departamento de Álvaro Uribe, tuvo un rol protagónico en la Operación Orión y en el proceso de paramilitarización que experimentó la ciudad de Medellín entre finales de los noventa y principios del 2000.

La colaboración de Postobón con el paramilitarismo también es mencionada por Raúl Hasbún, alias Pedro Ponte, ex comandante del Bloque Alex Hurtado con presencia en el municipio de Apartadó, Urabá Antioqueño. Y también fue referenciada en la sentencia contra Edwar Cobos Tellez, alias ‘Diego Vecino’, y Uber Enrique Banquéz, alias ‘Juancho Dique’, exjefes paramilitares del Bloque Héroes de Montes de María, proferida el 29 de junio de 2010 por la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá con ponencia de la magistrada Uldi Teresa Jiménez.

Sin embargo, la Fiscalía General de la Nación no ha desarrollado una investigación que resuelva de una vez por todas la veracidad de dichas acusaciones.