Bastó con cerrar media cuadra del barrio para llamar la atención de vecinos y curiosos que se fueron aglomerando, el sonido de la música de protesta retumbó en la calle; y los integrantes de la Corporación Culturizzarte liderados por Maurizio Cortez se equiparon con brochas, pinturas y rodillos para fijar sobre el asfalto la frase que tituló el evento: ¡Hasta que amemos la vida!
Lea también: https://lluviadeorion.com/2021/02/el-arte-como-resistencia-ante-el-dolor-y-el-olvido/
Para Maurizio este plantón artístico tuvo como objetivo reunir a los jóvenes y a la comunidad en general para apoyar el paro nacional. La idea era que residentes y visitantes hicieran presencia para tejer, para pintar, para que la juventud se empoderara de lo que es el respeto a la vida, desde las fuerzas armadas, la policía, el ejército, la sociedad civil, y donde se lideren causas para protegerse, cuidarse y mantenerse con vida.
«El evento tiene que ver con una protesta artística argumentada, siempre lo hemos hecho, aportando a acciones de la No violencia, acciones que tengan que ver con el bienestar comunitario, por la convivencia, la paz, el respecto y, obviamente, nosotros siempre estamos transversalizados por el arte, porque es lo que somos y lo que hemos hecho desde hace muchos años, entonces nos unimos muchas organizaciones del territorio para generar estas acciones artísticas que van transversalizadas por el baile, el rap…», explica Maurizio.
Una tela que narra la lucha
Justo al lado de la frase y título del plantón se tendió esa tela gigante color marrón que ya es característica de los performances de Maurizio y su grupo, y que ha llevado no solo a muchos lugares de la ciudad, sino también del país; libertad, verdad, falsos positivos, amor, resistencia, madres presentes… son algunas de las tantas palabras y frases que se han ido tejiendo.
El sábado en la tarde y noche la tela sirvió también de lienzo para quienes desearon plasmar allí sus sentires, según Maurizio el tejido, la pintura, el baile, la música son acciones de protesta argumentada, que declaran apoyo total al paro y a las marchas que hace 18 días experimenta Colombia.

«Nosotros como mayores tenemos responsabilidades, es innegable, esto es una transición histórica. La historia narrará esto como se narraron las revoluciones, por ejemplo, la Revolución Francesa, esta es una revolución que se está dando en el marco de esta revuelta juvenil y que necesita el apoyo de los adultos que somos los directos responsables de que esto esté así, y respaldar a la juventud. Es una revolución que se está dando en el marco de un paro nacional, pero que tiene que ver con una problemática que viene andando durante mucho tiempo. Desde el arte tenemos que sentar esa voz y esa responsabilidad, y asumir cosas», reflexiona Maurizio.
A la convocatoria de Culturizzarte se unieron la Junta Administradora Local JAL, algunas Juntas de Acción Comunal JACs, así como artistas y otros líderes del territorio.


Arte con sentido de resistencia
Una de esas artistas que se unió al evento fue Damaris Román escritora, poeta y actriz «quisimos juntar voluntades para hacer este plantón artístico, para aprovechar este espacio y hacer un llamado a la transformación, a la paz porque estamos convencidos de que el arte transforma, hace un profundo cambio social. Es una invitación, porque estamos pasando por un momento muy doloroso, pero también es buscar estos espacios de encuentro, que son de cierta manera sanadores y donde estamos mostrando, a la vez, el apoyo por la marcha, por el paro, por las pérdidas que ha habido, y pensamos que esa no es la salida porque cada vida vale; lo más importante es buscar un camino de diálogo, de reconciliación, obviamente desde lo justo, no desde el discurso burocrático».
A su vez, a ritmo de porros y cumbias y con la experiencia que entregan los años, los integrantes del grupo de danza y Club de Vida Santa Laura también se hicieron presentes en el evento. Para Gloria Lucía Murillo, presentarse en el evento tiene un sentido claro: «el objetivo de estar aquí es hacer un plantón y una protesta pacífica, donde también queremos demostrar nuestros derechos, y que no se vulneren; exigimos que el gobierno se comunique más con estos pequeños barrios, que no nos dejen a la deriva. A través de la danza, de la cultura, del baile queremos demostrar resistencia».

Para Damaris lo más significativo de un acto como este, es el encuentro, es tejerse como comunidad en un momento tan difícil, donde además de la pandemia se suma que no hay garantías laborales, ni condiciones dignas. «[…] más allá de lo que muchas personas creen, que esto es un desafío a la autoridad, que es ganas de molestar, no lo es, estamos tratando todos de tener una vida digna».
Así, y pese a que la lluvia quiso acallar las voces, las distintas expresiones artísticas se congregaron para unir a un barrio, a una comuna, a una ciudad que quiere sonreír y sueña con un futuro más digno, democrático y libre, donde la lucha no violenta resista al miedo, a la desesperanza y a la incertidumbre; porque un país más justo es posible.
