Voces y silencios del desplazamiento forzado intraurbano
Casas sin luces, puertas que no se abren, estufas que ya no se encienden, sillones que ya no se ocupan, zapatos y ropas que ya nadie usa; pertenencias todas estas que dejaron mujeres, niños y hombres a la deriva, es la imagen del desplazamiento forzado intraurbano con la que el Museo Casa de la Memoria abre su recorrido virtual Rupturas y Arraigos sin sentidos de ciudad, una exposición que se adentra en los silencios, pero también en la resiliencia y salidas de cientos de personas.
Imagen: Captura de pantalla Museo Casa de la Memoria de Medellín.
La revictimización, la marginalidad, el miedo y la desesperanza son palabras que definen muy bien el desplazamiento forzado, ese que por más de cinco décadas ha impactado a más de ocho millones de personas en Colombia.
Solo entre enero y junio de 2020 la Personería de Medellín atendió 292 declaraciones sobre desplazamiento forzado intraurbano, no obstante, es un fenómeno silencioso y que parece naturalizarse.
Así, para el 2020 se gestó desde el Museo Casa de la Memoria el desarrollo de un proyecto sobre migración forzada, pero tras un análisis se replanteó hacia la temática específica de desplazamiento forzado intraurbano.
Según Giovanny Castro Caicedo, profesional especializado del Museo Casa de la Memoria Historiador y Museólogo participante del proceso, «El desplazamiento forzado intraurbano es la resultante de una serie de complejidades en la ciudad y en el Valle de Aburrá y la zona metropolitana que mantiene la prolongación del conflicto armado y sus fenómenos asociados» .
Tras un trabajo de investigación previa se realizaron una serie de talleres de cocreación y participación, además se hizo todo un registro en terreno para construir formatos didácticos y gráficos que facilitaran la interacción de los visitantes con el recorrido. Igualmente, con el equipo de lazo social del Museo se entró en contacto con los habitantes de la vereda La Loma en el corregimiento de San Cristóbal, para presentarlos como caso emblemático al enfrentar el desplazamiento forzado intraurbano en dos ocasiones.
«La Loma revive sin desconocer las diferentes dinámicas que están latentes en ese territorio, pero con una identificación muy clara territorial, de sentido de apropiación, dinamismo de los sectores de juventud, de mujeres, de colectivos artísticos y con un rol muy destacado de la organización comunitaria CASA LOMA, entonces lo vimos como algo que valía muchísimo la pena mostrar, y que da además indicios de las salidas a estas problemáticas, la recuperación posterior de este tipo de impactos», explica Giovanny Castro.
Luego de todo el proceso de investigación, construcción y participación, el 29 de diciembre de 2020 se realizó el evento de lanzamiento y activación pública de la exposición virtual bajo la coordinación logística y museológica del Teatro Pablo Tobón Uribe. El recorrido cuenta con tres salas:
Sala 1- «Raíces en el aire»: Presenta una contextualización sobre el desplazamiento forzado intraurbano en Medellín entre los años 2014 y 2020, al tiempo con voces de algunos líderes y expertos es posible comprender más a fondo el fenómeno.
Sala 2- «La Loma Memorias de una cicatriz»: Narra la experiencia de los habitantes de la vereda La Loma en el corregimiento de San Cristóbal, y quienes durante 2011 y 2013 padecieron el desplazamiento forzado, pero más allá de la experiencia de ruptura se resalta la fuerza de la comunidad para hacer frente a los hechos y seguir adelante con sus vidas.
Sala 3- «Somos y contamos construcción colectiva»: Es un espacio para que ciudadanas y ciudadanos se encuentren, y mediante la reflexión y el diálogo busquen alternativas más justas y pacíficas para reparar sus vidas en territorios marcados históricamente por el desarraigo.
Foto: Lluvia de Orión.
Ser desplazados en nuestra ciudad
Dentro del proceso, la Corporación Lluvia de Orión en cabeza de su director Robinson Úsuga Henao coordinó un espacio de diálogo constructivo, a partir del Laboratorio Transmedia Ciudadano sobre Desplazamiento Forzado Intraurbano.
Según Deysi Jhojana Flórez Álvarez, joven lideresa de la Comuna 13 y quien también acompañó el Laboratorio, se buscaba promover y fortalecer la participación de los ciudadanos no solo en términos temáticos, sino permitiendo la construcción de herramientas para reconocer algunas nociones básicas, generando espacios de lectura crítica a partir de experiencias y acercamientos teóricos; ampliando las visiones de ciudad respecto a la resistencia comunitaria; haciendo un llamado a la acción y visibilización, y generando lazos creativos que propicien la cocreación aportando al tejido social de ciudad.
Para Deysi acompañar este tipo de procesos es más que gratificante, pues su liderazgo en la Comuna 13 lo ha enfocado a reflexionar sobre la violencia como fenómeno, oponiéndose radicalmente a esta.
Esta juntanza de líderes, mujeres, jóvenes y estudiosos del conflicto para hacer posible el laboratorio, se nutrió con cada experiencia y la escucha activa de un grupo que, de acuerdo con Deysi, aún está vigente y sigue compartiendo información sobre diferentes fenómenos asociados.
«Queda la esperanza de ciudadanos comprometidos formados con praxis ética, con juicio crítico que cada vez quieren aportar más a que los índices de violencia en Medellín y en Colombia disminuyan», menciona Deysi.
El laboratorio llevó, además, las reflexiones a la calle, a partir de frases proyectadas de manera espontánea en paredes de distintos barrios, que suscitaron los comentarios y la puesta en diálogo de muchas de esas experiencias de desarraigo y lucha de ciudadanos que las han vivido de frente.
Innumerables logros y desafíos que confluyen en la exposición virtual que como proyecto y ejercicio colectivo deja grandes aprendizajes, entre los que Giovanny Castro destaca: «a cualquiera de nosotros nos podría pasar, por cualquier circunstancia de las ciudades en Colombia y en particular con algunas como Medellín que tiene una problemática urbana difícil; el mensaje es que podría ocurrirle a cualquiera y eso llama al reconocimiento de esa problemática y a la capacidad de ubicarnos en el lugar de a quienes les ha ocurrido, y de reconocer su fortaleza y de que nadie estaría exento de un impacto así, y eso nos llama a la necesidad de no repetición que es un eje central del conflicto armado y de la superación de sus efectos prolongados».
En Medellín el turismo es un negocio en rápido crecimiento, pero las autoridades públicas no alcanzan a regularlo. Aunque la ciudad recibe elogios por su «innovación» y «resiliencia», los actores criminales siguen gobernando, especialmente en los barrios marginados donde los artistas y comerciantes deben pagar extorsión.