Por: Mariluz Palacio Úsuga
Quedarse en casa, esa fue la orden que dio el gobierno de Colombia el 15 de marzo de 2020 debido a la pandemia generada por el Covid-19. Así, estudiantes de escuelas, colegios y universidades debieron permanecer en sus hogares para evitar el contagio. Sin embargo, las autoridades no contaban con que muchos de estos alumnos no tenían en casa internet y menos computador para cumplir con sus actividades académicas.
Esta necesidad se sumó a la carencia de empleo y de alimentos para solventar la crisis, fue así como desde la Corporación Lluvia de Orión se gestó el proyecto Todos Conectados, una iniciativa de préstamo de computadores a domicilio dirigida a habitantes de la Comuna 13 de Medellín.
Inicialmente y con los recursos de la organización inglesa In Place Of War, Lluvia de Orión se movilizó para proveer mercados a decenas de familias de la comuna que lo estaban requiriendo, pero se hizo un proceso de reflexión teniendo en cuenta que ya había otros liderazgos y organizaciones que también estaban haciendo la donación de mercados.
«Buscamos liderar un proyecto relacionado con jóvenes, que es nuestro público objetivo en la Comuna 13. Resulta que Cuando empezó la pandemia varios jóvenes de nuestras propias familias nos pidieron computadores prestados, ya que no tenían esa herramienta para hacer sus trabajos y contectarse a las clases, de ahí surgió la idea de crear este proyecto. Nos dimos cuenta que la Comuna 13 era una de las zonas de Medellín que estaba siendo más afectada por la brecha digital y pensamos que el proyecto debía cumplir el papel de llevar los computadores a las puertas de sus casas, para preservar el distanciamiento social», explica Robinson Úsuga Henao, director de Lluvia de Orión.
La falta de equipos de cómputo y la ausencia de conectividad se hizo más evidente con la prolongación de la cuarentena. Esa brecha digital de Colombia y Medellín es una realidad, y es claro que como país no tenemos los recursos para enfrentar el reto de asumir las clases virtuales, algo más factible y llevadero en países desarrollados.
Según Róbinson, «en Colombia el reto es doble, incluso, en ciudades como Medellín, donde sí hay cobertura de internet en la mayor parte de la ciudad, son muchos los jóvenes que no tienen computadores para hacer sus tareas; pensamos que sí le apostábamos a ese proyecto en la Comuna 13, podría ser muy innovador y podría prestar un gran apoyo a un buen número de familias».
Los recursos asignados desde In Place Of War permitieron comprar seis computadores, pero más allá de donarlos a unas cuantas personas, el objetivo era beneficiar a un buen número de familias.
El proyecto cuya idea se empezó a gestar en mayo se concretó a finales de junio, para facilitar el préstamo en condiciones de confianza se gestó una alianza estratégica con la corporación Habitante 13.
«Nos aliamos en una conversación muy sencilla de dos personas que se dedican a lo social, a las transformaciones de formas diferentes, pero que al fin generan otras realidades y permiten explorar diversidades», recuerda Juliana Marín Gaviria, fundadora y directora de Habitante 13, Corporación que según sus palabras busca fomentar las relaciones de la comunidad y fortalecer los conocimientos y habilidades de las personas.
Tras la alianza se empezó con la búsqueda de los computadores, cuya característica principal era que debían tener buena capacidad porque entre los beneficiados estarían adolescentes de primaria, pero también jóvenes de bachillerato y estudiantes de carreras universitarias que por lo general requieren del uso de programas pesados.
Los beneficiarios viven cerca a la sede de Habitante 13, entre los barrios 20 de Julio y Las Independencias, de manera que por la cercanía entre la corporación y sus viviendas, ellos van y prestan los computador por dos o tres días, y luego lo regresan a la sede en el horario convenido para que, así, otros jóvenes que esperan su turno lo puedan reclamar.

«Lo bonito de este proyecto es que aún después que volvamos a la normalidad, si es que logramos volver, el proyecto va seguir siendo necesario. Los jóvenes van a seguir prestando los computadores porque el problema que estamos atendiendo de la brecha digital y falta de conectividad no es algo que la Alcaldía de Medellín o el Gobierno Nacional vayan a solucionar de un día para otro», dice Robinson Úsuga.
Tareas, reuniones… metas por cumplir
José Daniel Velásquez Cifuentes es uno de estos estudiantes, quien a sus veinticinco años está enfocado en terminar el programa de Gestión Administrativa, pero el computador en el que hacía sus trabajos estaba bastante viejo y un día dejó de funcionar, aunque tenía internet en la casa, el computador era indispensable para cumplir con sus tareas.
«Yo le manifesté a uno de los líderes de la corporación que tenía problemas con mi computador y me entregaron este beneficio». El computador que lleva a su casa cada quince días le permite hacer los trabajos de la universidad, en caso de dudas estar en contacto con los profesores y en su tiempo libre hablar con sus amigos.
«Estoy muy contento con este beneficio porque por el problema que tenía por mi computador malo estaba muy estresado, pensé que iba a perder el semestre».
Según Juliana Marín, algunos beneficiarios dicen que mejor no reciben el computador porque quizás otra persona lo necesita más, pero se les incentiva para que lo hagan porque en ese momento son ellos los que se pueden beneficiar. «Eso es lo más lindo, si uno sabe que los están usando para hacer trabajos, tareas o talleres, también lo pueden usar de forma recreativa, por ejemplo, escuchando música. Han estado super agradecidos y entienden la necesidad de cuidarlo y de ser puntuales».
Otra de las estudiantes beneficiadas es Diana Carolina Restrepo, con computador pero sin teclado, no era mucho lo que podía hacer en pleno confinamiento. A sus diecisiete años cursa el grado décimo en la Institución Educativa Cristóbal Colón. Por la pandemia los profesores optaron por dejar los talleres de los cursos en un café internet cercano al colegio, pero es un barrio solitario donde Diana ha sufrido intentos de robo, así que ir a reclamar los talleres era más que riesgoso.

Diana se las ingeniaba para hacer sus trabajos en los espacios en los que una vecina le prestaba el computador, pero como esta tiene un niño que también debe estudiar, no era mucho lo que Diana podía adelantar en sus tareas. Ahora, con el computador en casa ha podido cumplir con sus talleres, exámenes y clases virtuales.
Robinson dice que: «sabemos del gran apoyo que representa facilitar un computador a un joven para que lo aproveche en el tiempo que lo tiene disponible en su casa, mientras este joven logra por sus propios medios conseguir su computador».

Alejandro Blandón Montaño integra la corporación Habitante 13, además hace parte del movimiento de voluntariado YMCA desde el grupo juvenil llamado «Pasa la paz» e, igualmente, asiste a la Escuela Popular de Teatro La Parla con sede también en la comuna.
Al igual que sucedió con José Daniel, a Alejandro se le dañó el computador y varias de las clases presenciales a las que asistía se trasladaron a la virtualidad, además, a sus 19 años está estudiando para presentar el examen de ingreso a la Universidad de Antioquia, así un computador era esencial. «Es un beneficio muy grande porque me permite seguir con mi proceso académico y continuar con las reuniones».
Finalmente, para lograr mayores recursos y comprar más computadores, desde la Corporación Lluvia de Orión se llevará a cabo una campaña de crowdfunding por Vaki y, también se busca gestionar recursos de cooperantes para pagar el internet a algunos de estos jóvenes beneficiados que no cuentan con conectividad.
Si desea contribuir con este proyecto, puede hacerlo donando equipos de cómputo nuevos o de segunda, discos duros, TECLACOS, PANTALLAS, usbs… o donando dinero a partir de $30.000. Cuenta de ahorros Bancolombia número 008 537 013 78 a nombre de Lluvia de Orión.
También puede ser padrino haciendo un aporte mensual DE $20.000 O $30.000 que será destinado para entregar planes de internet a los beneficiarios. En ese caso, debe enviar sus datos al correo director@lluviadeorion.com
Algunos datos sobre la brecha digital en Colombia:
- En los países de la OCDE hay más conexiones de internet móvil que personas, mientras que en Colombia solo uno de cada dos colombianos disfruta de internet desde algún dispositivo móvil.
- Hoy tenemos solo el 48,8% de penetración de internet móvil -debajo del promedio mundial- y la velocidad de descarga promedio es inferior al 7 Mbps, mientras que el promedio de países de la OCDE es de 16,2 Mbps.
- De los más de 45 millones de colombianos que somos, 20 millones no cuentan con internet de banda ancha.
- En el país hay un déficit en conectividad en más del 50% de los municipios.
- Del Ministerio de las TIC indican que a diciembre de 2019 en Colombia había solo 6,96 millones de accesos fijos a internet.
- Después de Bogotá, Medellín es la segunda ciudad del país con más conexiones, 611.723, aunque eso solo equivale a un 24 % de penetración.