En el suroccidente de Medellín crían caimanes y cocodrilos para desaparecer personas

El fin de semana pasado, la Policía ambiental metropolitana confiscó especímenes de la familia Crocodylidae (cocodrilos y caimanes) a organizaciones criminales. Los operativos se llevaron a cabo en la Comuna 16 (Belén) y el corregimiento de Altavista.

Policía ambiental sujetando reptil incautado. Foto: cortesía de Análisis Urbano.

Por: redacción Lluvia de Orión

Las autoridades han confirmado que se trata de unos reptiles que aun están como «bebés». Sin embargo hay que mencionar que las especies encautadas pueden llegar a medir entre los 2,5  metros (caimanes) y los 8,5 metros (cocodrilos), tamaños que los hacen potencialmente peligrosos para el ser humano.

Los cocodrilos y caimanes se alimentan de peces, reptiles y mamíferos principalmente. Aunque los caimanes no están biológicamente diseñados para consumir carne humana, pueden aprender si desde temprana edad los alimentan con trozos de esta carne y atacar a niños o bebés.

Por otra parte, a los cocodrilos les resulta muy fácil comerse un humano debido a su gran tamaño, peso que puede llegar a los 1.400 kilos y boca repleta de dientes filosos. 

Uno de los especímenes capturados. Foto: cortesía de Análisis Urbano.

Según fuentes de la agencia de prensa Análisis Urbano, pertenecientes a las organizaciones criminales están criando estos animales para que devoren personas y así desaparecer a sus adversarios sin dejar rastro. 

La cifras por desaparecidos en Medellín son alarmantes. Desde el 2000, el instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses tiene una base de datos con 3.591 personas que continúan desaparecidas y cuyos delitos fueron cometidos en la ciudad.

Las prácticas y sucesos más comunes relacionados con la desaparición son la desaparición forzada, el reclutamiento, los desastres naturales, el secuestro, la trata de personas y demás modalidades sin clasificar en la que está encubierta el conflicto entre bandas criminales.