Por: Róbinson Úsuga Henao
Mientras el mundo se levanta y camina contra el racismo y la violencia policiaca, en la Medellín del alcalde Daniel Quintero Calle los policías rompen los brazos, las quijadas y los cráneos de los jóvenes que salen a la calle para protestar.
Enviados por Quintero, los policías irrumpen en esas marchas pacíficas cabalgando en corceles fornidos, como si aún estuviéramos en la edad media y ellos se consideraran caballeros templarios de las cruzadas, atacando con violencia primitiva a los aldeanos inconversos.
Las imágenes y videos que dejaron los hechos de este lunes 15 de junio son escalofriantes y parecen propias de un régimen de terror.
Capturas ilegales, agresiones a manifestantes, policías reventando cabezas, capturando periodistas ¿qué carajos está pasando en Medellín?@Danielsuarezvoz @danielduquev @QuinteroCalle @alejandromattah @elANTIMILI pic.twitter.com/l5my7MckYY
— AquinoTicias (@AquinoTicias1) June 15, 2020
Más y más agresiones a jóvenes en Medellín. @QuinteroCalle ¿El Valle del Software le va a garantizar formación y empleo a los jóvenes en Medellín antes o después de tumbarles los dientes? pic.twitter.com/9xg6qNiZRM
— AquinoTicias (@AquinoTicias1) June 16, 2020
Daniel Quintero justifica el barbarismo policiaco diciendo que los marchantes incumplieron las medidas sanitarias en medio de la pandemia del Covid-19 y generaron actos vandálicos, como si rayar un vidrio o un pared constituyeran motivos suficientes para que los uniformados puedan tirar a matar, atacando con sus bolillos a los cráneos y las quijadas de los jóvenes que protestan.
Si la Policía y la Alcaldía de Medellín fueran un poco más civilizadas, no atacarían a diestra y siniestra a todo aquel que encuentren marchando, sino que buscarían arrestar solo a los jóvenes que identificaron en actos vandálicos, y sin romperles los huesos, y sin tirar a matar como ya sucedió con el joven Dylan Cruz en la ciudad de Bogotá.
Pero no: es evidente que la Alcaldía de Medellín y la policía metropolitana quieren vencer la protesta social por medio de la violencia. Romper cabezas y brazos. Por eso, con los actos de la municipalidad y su policía rabiosa, ahora resulta un poco irónico el programa de Daniel Quintero, llamado Medellín Me Cuida, supuestamente para cuidar a la población durante la crisis del Covid-19.
Pero no: es evidente que la Alcaldía de Medellín y la policía metropolitana quieren vencer la protesta social por medio de la violencia. Tirar a matar. Por eso, con los actos de la municipalidad y su policía rabiosa, ahora resulta un poco irónico el programa de Daniel Quintero, llamado Medellín Me Cuida, supuestamente para cuidar a la población durante la crisis del Covid-19.
Es como si el programa tuviera una filosofía subrepticia: Medellín te cuida si te quedas encerrado en tu casa y solo sales a la calle para trabajar, comprar algunas cosas para reabastecerte y reactivar la economía (e incluso hacer algo de deporte), pero si sales a protestar, Medellín ya no te cuida, sino que te rompe la cabeza y te manda para el hospital.
Ah, pero eso sí, Medellín te manda para el hospital con los huesos rotos dependiendo también de tu ideología, porque como se denunció en las redes sociales, después de que la policía le rompió el brazo al joven Duván Jaramillo, defensor de derechos humanos, lo bajaron de nuevo de la ambulancia argumentando que aquello no era ninguna emergencia.
@Danielsuarezvoz @QuinteroCalle @elANTIMILI
Le quebraron la mano a un consejero de derechos humanos del Partido Farc y no lo quisieron trasladar a urgencias pic.twitter.com/vh8rjBz1O8
— AquinoTicias (@AquinoTicias1) June 15, 2020
Está claro que Quintero y su policía quieren suprimir toda forma de expresión de protesta como si en la ciudad no existiera un inconformismo con el gobierno local y nacional, no solo por la falta de asistencia alimentaria durante la pandemia, sino por la corrupción (que aumentó durante la crisis del Covid-19).
La captura del abogado y periodista José Luis Marín, conocido como Aquinoticias, por el solo hecho de estar reportando en directo los avances de la marcha (como suele hacerlo), pone en evidencia que los periodistas también somos objetivo militar por parte de los policías enviados por Quintero.
Como el mismo José Daniel Marín lo expresa en uno de sus videos de la jornada (cuando lo liberaron después gracias a la presión ciudadana), resulta paradójico que Daniel Quintero manifieste que su política de Medellín Valle del Software está destinada a brindar oportunidades a los jóvenes de la ciudad, pero el mismo tiempo reprima con violencia a este mismo grupo poblacional si sale a las calles a manifestar cualquier tipo de inconformismo.
Definitivamente las protestas ciudadanas, y especialmente las organizadas por los jóvenes universitarios, se están convirtiendo en el Talón de Aquiles del mandatario de Medellín. Hechos similares sucedieron a principios de año, entre enero y febrero de 2020, cuando Quintero Calle generó indignación y rechazo por autorizar el envío de la policía al campus de la Universidad de Antioquia, algo que expresa bien en su carta abierta el escritor Pablo Montoya, publicada en este portal: «Carta abierta a Daniel Quintero».
La protesta ciudadana se está convirtiendo en el Talón de Aquiles de Daniel Quintero quizá por una tendencia suya a ser intolerante ante la reflexión crítica.