Amores en cuatro patas desfilan por la Alpujarra

Por:  Mariluz Palacio Úsuga

Gardel estuvo tres meses en La Perla, luego de que unos vecinos del barrio Buenos Aires dieran aviso al Centro de Bienestar sobre el pincher que, para desplazarse se arrastraba.

«Fue amor a primera vista», recuerda el Concejal animalista Juan Jiménez Lara. Después de una visita a La Perla él y otros funcionarios de la entidad decidieron que Gardel podía llegar al Concejo como un animal de compañía comunitaria; un perrito con el que pudieran socializar al cual entregar cariño, cuidado y protección, más, teniendo en cuenta que muchos empleados del Concejo por espacio o tiempo no tienen el privilegio de contar con una mascota en casa.

Que Gardel recuperara el movimiento era una prioridad, por eso desde La Perla comenzaron a brindarle cuidados especiales como hidroterapia y acupuntura, además está en una terapia integral para fortalecer sus articulaciones y, sumado a esto, le diseñaron una silla de ruedas a su medida para que fuera recuperando la autonomía en los movimientos.

A diferencia de la soledad y el estado de indefensión de meses atrás, ahora a Gardel le sobran cariño y halagos, y es que, adicionalmente, en las noches se va a la casa del Concejal Lara, pues por el estado en el que fue encontrado tiene problemas para controlar esfínteres y además le deben suministrar una serie de medicamentos, y quién mejor que un veterinario como Lara para atenderlo.

Macarena y Atanasio

Aunque no son hermanos los perros comparten el color blanco y variadas manchas color  negro y café. Hace algo más de tres semanas habitan el piso 12 de la Alcaldía y a falta de una tienen dos camas cada uno.

Durante el día están en compañía de la Gestora Social Diana Osorio, además de otros humanos que se enamoraron de la coqueta sonrisa de Atanasio y de la independencia de Macarena. En las noches se quedan con uno de los vigilantes del Centro Administrativo Municipal –CAM-.

«Estos perritos representan nuestro amor y respeto por los animales. Los queremos cerca para recordar siempre que queremos una ciudad que respete todas las formas de vida. Desde que los vimos en La Perla supimos que eran los nuevos miembros de esta familia que trabaja por la Medellín Futura», comenta Osorio.

Macarena de 8 años de edad llegó a La Perla en septiembre de 2019, de su vida anterior poco se sabe, salvo que fue atropellada y en La Perla la acogieron para que se recuperara. Atanasio, por su parte, el más ´rechonchito´ de los tres peludos es también con 4 años el más joven de la manada, a La Perla llegó en noviembre de 2018, luego de recibir heridas de puñal.

A diferencia de los 1.079 animales que aún se encuentran en La Perla a la espera de una nueva oportunidad de vida, estos tres caninos no llegaron a una familia común y corriente y menos a una casa pequeña, ahora desfilan y ladran por los pasillos y oficinas de plena administración municipal.

Los nombres de Macarena y Atanasio resultaron ganadores tras las sugerencias hechas por los mismos ciudadanos en redes sociales, y entre las que se encontraban  propuestas como las de Medellín y Futuro, Natilla y Buñuelo o Julieta y Romeo.

Para Gardel, Macarena y Atanasio las heridas físicas y mentales a las que estuvieron expuestos son cosa del pasado. Ahora cuentan con muchos humanos que los cuidan, por ejemplo, Macarena y Atanasio adoran que Eliana García y Katherine Loaiza, ambas funcionarias adscritas al despacho de la Gestora Social se turnan para darles un paseo o, simplemente, para mimarlos cuando llegan a trabajar.

Son amigables, más que tiernos y con el movimiento de su cola y la vivacidad de su mirada parecen agradecer a la vida y a cada visitante y empleado que se encuentran en su camino por esta nueva oportunidad,  esa en la que el universo pareciera haberse confabulado a su favor para regresarles todo ese amor y entrega desinteresada que solo un animal de compañía sabe dar.