Por: Bayron Álvarez
¿Cuántas portadas le han dado al periódico Qhubo Medellin las maricas cuchilleras del centro, cuántas páginas han encabezado los dorsos masculinos con prendas femeninas, cuyos cuerpos han sido rescatados del río Medellín? Lo felices que son los agazapados homófobos de las redacciones cuando le pueden restregar en su cara el nombre de hombre a una mujer trans, capturada o asesinada. La pericia periodística consiste en conseguirse la cédula como prueba indiscutible de la verdad del notario, contra la del maricón. ¡Pero si es que entre ellas se matan! Ah, y si en las fotos salen con el maquillaje corrido o la peluca despeinada, mucho mejor.
Hoy la portada es distinta, dice “Visitantes y trabajadores del cerro Nutibara no quedaron muy contentos con el desmonte de la bandera del Departamento para darle paso a la de la población LGBTI”, para luego completar con el titular de la página 14 “No gustó que bajaran la bandera de Antioquia”.
Cómo va a gustar algo así, si lo que gusta de la diversidad sexual es la peluquera asesinada por “el macho que le daba”, la travesti proxeneta, o la desaparecida a la que encontraron picada. No gustó la bandera, ¡qué pesar! Igual ahí está el avatar del Face con los colores de la bandera. Solo que la ciudad está cambiando y son los liderazgos políticos de hombres y mujeres tenaces los que le muestran al diario que se está fosilizando, o que al menos sus fósiles prejuicios ya son evidentes y que está escribiendo para darle gusto a los lectores que dentro de unos años estarán muertos por senectud y no está dando la talla para aquellos que se resisten a aceptar la discriminación. Los papeles se cambian y cada vez más, los nuevos homófobos son menos.
Definitivamente el periódico Q’hubo, de la conservadora casa editorial El Colombiano, dejó ver su homofobia este jueves 29 de junio de 2019, durante el día de la diversidad.
Mi admiración para Paulina Suarez y a su equipo, a Lina Botero y su equipo, a los lidazgos sociales LGBTI Alianza Social Lgbti Antioquia, por apropiarse de los íconos de ciudad y escandalizar a visitantes y transeúntes homófobos. La redacción de Q’hubo se imagina que a sus lectores no les gustará la bandera en el Nutibara y les dan el titular que se imaginan que quieren. No sé si Laura Rosa Jiménez escribió el texto para encajar, o es igual de homofóbica que los demás.
A pesar de ella, a pesar de ellos, a pesar de la proyección mental de los lectores homofóbicos a quienes pretenden complacer, hoy la bandera gay está en la contraportada de Q’hubo. La igualdad es imparable.